Análisis político: los despechados
Pese a que había prometido que nunca más se pelearía con Cristina, la relación entre los Fernández está quebrada sin remiendo. Así lo insinuó Alberto en una entrevista que buscó contrarrestar la aparición de la vice en C5N. Según el mandatario, que no quiso ahondar demasiado, el cisma final (porque ya venía de antes) ocurrió cuando el ala K le bajó el pulgar al acuerdo con el Fondo. Nada que ya no se supiese. Cabe preguntarse qué postura hubiese tomado el kirchnerismo si Alberto hubiera hecho propio el leitmotiv “No al FMI”. ¿Habría seguido en sintonía o la idea de oponerse fue porque sabían que el presidente no seguiría la corriente? Es fácil hacerse el confrontativo, el radicalizado cuando se sabe que todo es dramaturgia y estrategia, pero sin visos de realidad. Así cualquiera se sube al ring sin contendiente.
Una novedad que la expresidenta trajo a la entrevista de “Duro de domar” fue la idea de los tercios electorales. Según ella, Milei (sin nombrarlo) oficiaría de tercer convidado. Dada esa atomización, lo importante sería entrar al balotaje. Pero para eso debería asegurarse, al menos, el segundo puesto en la general. A este pensamiento, el mandatario opuso: “De qué me sirve garantizar mi piso, mi tercio, si en la segunda vuelta no sumo votos”. Y siguió: “No logro entender qué significa garantizar el tercio. Es obvio que hay que trabajar para fidelizar el voto propio, pero el secreto es ir más allá de los fieles para poder garantizar un éxito”.
En este último párrafo, o dardo, el creador de frases para el espanto como “mi querida Fabiola” deja entrever la máxima debilidad de CFK: la líder no genera adhesiones más allá de su piso, que acaba siendo el techo. Y eso no cambia pese a los intentos por desmarcarse de su gobierno, por victimizarse (con o sin razón) o por apelar a la lástima, como cuando se refirió a los problemas de salud de su hija. Ahora bien, el oficialismo baraja encuestas y posicionamientos como si no faltaran seis meses de gobierno.
En ese océano temporal, el FDT puede pasar del segundo o tercer lugar a un adelantamiento de la entrega. Así de extremo. Y más cuando la vice opina en modo almacenero (con perdón de ellos) sobre la performance del ministerio de economía: “Sergio hace magia”. O la ya conocida: “Agarró una papa caliente”. Aprendan de una estadista y oradora, economistas de barro.
Por lo pronto, ya confirmó que el 25 de mayo será (de nuevo) la principal oradora. Alberto, lleno de ponzoña y fantasmagueado por la organización, instó a la gente a que fuera a ver a la “compañera de vida de Néstor”. A las claras, un acto de subestimación y de reduccionismo marital. Tal vez, esa patada de burro (y la pertinente devolución) sea todo lo que les queda por actuar: dos Pimpinela que se odian.