Análisis Político: Se cae la Ley Pandemia (y la calificación del presidente)
El jefe de Estado en los papeles actúa como un animal furioso. Esa ira, esas laceraciones son el ego herido del arrogante cuando se descubre menos inteligente de lo que creía. Esa decrepitud, de la que él tanto pontifica, sumada a fracasos políticos, lo lleva a declarar barrabasadas. “Ahora nos reclaman la segunda dosis de veneno”, bravuconeó en respuesta a los más de seis millones de argentinos que todavía aguardan el segundo pinchazo. Como si se tratara de un pedido de la oposición y no de la sociedad entera. Uno podría pensar que hay que ser muy vil y rastrero para culpar a otros por faltar a los deberes (propios) de funcionario público, y seguramente así sea. O tal vez, solo haya sido otra burrada del darwinista que nos regaló: “Tenemos descendientes que se convirtieron en afroamericanos”. De cualquier manera, el maltrecho fuero íntimo del presidente sangra, y por eso declara con ese nivel de bruta petulancia, porque su Ley Pandemia se desinfla como la panza de los autócratas.
En el oficialismo asumen por lo bajo que el proyecto es “imposible de sacar”. Los caminos de negociación están bloqueados. Faltan votos y es altamente probable que los respaldos que no consiguieron hasta ahora, tampoco los consigan en el futuro. ¿La explicación? Desde el oficialismo hablan de que los adversarios (y muchos de los que siempre acompañaron) no tienen intención de modificar su postura. Pero lo cierto es que, según marca el pliego que aprobó Senadores, el Ejecutivo podría intervenir en las provincias en caso de que el gobernador no avanzara con restricciones, tener el sistema sanitario comprometido, o el porcentaje de contagios más elevado de lo que dicta la letra. Ese punto fue tildado de inconstitucional por Juntos por el Cambio, que acusó a la presidencia de querer hacerse de superpoderes. Y ahí vuelve el tema del ego lastimado de muerte. Nadie, ni siquiera los diputados de partidos “opositores” (que hasta ahora fueron genuflexos del gobierno), quieren darle más handicap a un hombre que se equivoca muchísimo más de lo que acierta. Esa es la última verdad, y la que más le duele al orgullo del profesor. Incluso entre la tropa no hubo muestras claras de tomar el proyecto como una causa que debían defender.La ley no fue militada en los medios de comunicación como en otras ocasiones. Dejaron que se enfriara, que naufragase en la intrascendencia. Con este escenario por delante,Fernández deberá emitir un nuevo DNU. Uno más entre todos los que ha publicado desde que inició la cuarentena más larga del globo.
En el FDT estiman (en realidad, es la expresión del deseo porque trabajan con mediciones baladí), que para el comienzo de la primavera la situación habrá cambiado, habrá menos restricciones. Es más, pronostican que durante las próximas dos semanas se dará una notable baja en los contagios. Según la cartera de Salud, esto sucedería por el envión que tomó el plan de vacunación en el último mes. Cuando se le consultó a la ministra Vizzotti sobre las cifras de fallecidos e internados en terapia intensiva, evitó el optimismo anterior y las proyecciones de la galera. Claro, son números vergonzantes.
En los días que le quedan a la semana, la coalición gobernante deberá afrontar las conocidas reuniones con los funcionarios de la Ciudad de Buenos Aires y la PBA, los expertos médicos y los gobernadores. En principio, el próximo decreto no modificaría demasiado la circulación actual.Sin embargo, la nueva estrategia sanitaria aún no está definida.
Gobierno de previsores.
Por: Esteban Fernandez