Análisis: floja de título (parte II)
La última semana, Fernández de Kirchner posteó en sus redes un folletín de ocho páginas sobre la situación del país. Lo disfrazó de “aportes para un debate argentino”, pero lo único que aportó fue una crítica alucinada de la gestión libertaria. En ella incluyó falacias de todos los colores, comentarios que intentaron ser incendiarios y pronósticos aciagos para enrarecer el clima social. De cualquier manera, la Fernández del peor binomio presidencial de la historia ya sabe que lo único que puede enrarecer es el ombligo del peronismo.
En cuanto al contenido del folletín, es justo preguntar: qué verdad estadística puede surgir de una expresidenta que avaló, durante su gestión, que se falsearan los datos de pobreza, el guarismo de inflación (el exsecretario de comercio fue condenado en primera instancia) y pretendió engañar a los tenedores de deuda soberana con un cálculo amañado del PBI para no pagar los rendimientos. Este último engaño le costará al país la friolera de 1300 millones de euros.
Dado el prontuario de CFK, su tendencia a la mentira y que es neófita en economía, queda desterrada de la categoría “palabra autorizada” o “aporte para un debate argentino”. Todo el accionar de Fernández responde a una doble motivación: dinamitar cualquier éxito de país porque eso la aleja de la posibilidad de volver. Y recuperar la centralidad perdida. No hay más.
Quedará para la historia de X que Milei, contestando el folletín, le recordó lo del título falso de abogada. No deja de ser inédito que un presidente en ejercicio le recuerde a una exmandataria que mintió sobre su historial académico. Y mucho más peculiar que CFK no haya levantado el guante.
Solo para despejar la bruma: en las crónicas sociales de la época no existe alusión ni registro fotográfico de su graduación y/o de la fiesta de egreso. Nadie ha dado fe de haber cursado con ella los últimos años de abogacía. En tanto tiempo de carrera política nunca se conoció el diploma. Y, por último, pese a la insistencia, Fernández no se expresó sobre haber fraguado sus credenciales académicas. Amén de que el dato original, ese que despertó las primeras pesquisas, surgió del propio riñón kirchnerista.
Y como si el sainete no fuese suficientemente surreal, este viernes, Fernández dará una “clase magistral” en la Universidad del Oeste y le entregarán, curiosamente, un doctorado Honoris Causa.
Una pena que esa papeleta no reemplace a la que dice tener.
Por: Esteban Fernández