Análisis Político: Piedra, papel o decreto Pfizer
Luego de un año de negociaciones infructuosas con Pfizer, el presidente desbrujulado decidió firmar el decreto que destraba el ingreso de los tres sueros contra el Covid-19 de procedencia norteamericana. ¿A qué se debió el viraje? Según fuentes entendidas, la votación de los diputados K en contra de debatir en tablas la modificación de la ley de vacunas, para que menores de entre 12 a 18 años con enfermedades graves pudieran recibir la inyección de Pfizer (la única aprobada), fue el máximo detonante. A continuación, las palabras de la diputada del Pro Carmen Polledo. Ella fue la encargada de justificar el pedido de la oposición. “Esto no es un capricho, tenemos que dejar afuera la campaña y la geopolítica. Créanme que es una experiencia de la más difícil que me toco en mi vida. Quiero que entiendan que hay chicos que necesitan recibir una vacuna y que la única que pueden recibir es la Pfizer, no es un invento ni es un capricho. Nos estaban pidiendo ayuda y les estaban pidiendo ayuda a ustedes, porque ustedes son el oficialismo y los vamos a acompañar si toman la medida de empatía y humanidad de ayudar a estos chicos. Tengamos un gesto de grandeza para estas 100.000 familias”. Difícil rehuir a tamaña solicitud: estar a la altura de las circunstancias. Sin embargo, 122 legisladores oficialistas y afines dijeron no. Curiosamente, el 72% de los impugnadores ya pusieron el brazo para recibir el pinchazo. Lo que se dice gente solidaria. En las huestes del primer mandatario, la rápida divulgación de la noticia cayó peor que un baldazo helado. El comentario por lo bajo fue: “No se puede llegar a ese nivel de inhumanidad”. Mientras tanto, a algunos consejeros les preocupaba menos la inhumanidad en sí que la falta de argumentos a favor de ella. Finalmente, aseguran los testigos, se decidió la firma del decreto sin el consentimiento de CFK. Luego, Alberto debería lidiar con la megalómana de Recoleta.
Otros lectores de la realidad aseguran que el DNU que abre la puerta a las curas estadounidenses, no tuvo que ver con un acto de humanidad, de arrepentimiento. Fue una decisión netamente electoral. Los guarismos le dan bajo al FDT. Y si bien, en la mente del electorado el manejo de la pandemia figura por detrás de temas como la economía, la inseguridad y el índice de inflación, la campaña oficialista no resiste más el escándalo de Pfizer. Las decenas de miles de vidas que se hubieran salvado de tener el/los fármacos americanos a tiempo, y la sospecha constante de que se favoreció a los amigos del poder por sobre el bien común; sumado a una coyuntura en la que los contagios y las muertes no cejan, y la campaña de vacunación no le hace ni una pequeña sombra a la amenaza del Covid-19, deja un cocktail molotov servido que el kirchnerismo debía apagar si aspiraba a una elección reñida.
Otros observadores ponen la tilde en las donaciones de vacunas que se perdieron por no tener homologada a Pfizer, Moderna y Janssen. Lo definen como una inmoralidad supina. Una cosa es no cerrar con una farmacéutica, pero otra mucho más desidiosa es no tener aprobados (ni siquiera internamente) a tres de los fármacos mejor reputados. ¿Quién podía imaginarse que ese detalle nos dejaría afuera de las partidas humanitarias? Tal vez, un gobierno de verdaderos científicos y funcionarios previsores. Se plantea algo similar al caso de los menores con enfermedades graves que no acceden a las curas. Son bombas mediáticas que tocan nuestra fibra íntima. Y afortunadamente son imposibles de neutralizar.
Personalmente, explicaría el timonazo hacia Pfizer y las demás Cías. con un argumento que englobara todo lo antedicho. De seguro no fue un hito aislado, sino la sumatoria de malas y negligentes decisiones las que empujaron al profesor y su cúpula a “clausurar” el tema. Queda claro, luego del plumazo presidencial, que lo que faltó, durante el año que se extendieron las gestiones con Pfizer, fue voluntad política. Esa voluntad ausente, esa falta a los deberes de funcionario público no se irá con el decreto presidencial. Tampoco desaparecerá la investigación judicial y política por haber burocratizado sin razón el ingreso de otras vacunas.
Las elecciones están al caer, el presentimiento es que las urnas tampoco lo dejarán pasar.
Por: Esteban Fernández